Si durante la primavera hemos hecho las cosas
correctamente en la huerta el clima ha
sido favorable y las plagas nos han respetado, Enhorabuena!!. Eso significa que
ahora serán tiempos de abundante cosecha. Con el excedente, podremos hacer conservas,
y así seguir disfrutando de nuestros productos fuera de temporada.
Nosotros llevamos un año haciendo algunas conservas, que utilizamos en casa y ahora también empezamos a distribuir.
Hoy os vamos a contar como embotar
salsa de tomate. Antes de empezar, hemos de hablar de seguridad alimentaria.
Una conserva mal elaborada , puede ser peligrosa debido a la bacteria Clostridium
botulinum, causante del botulismo. Pero no hay que alarmarse, si seguimos
unas normas de higiene lo evitaremos. Además, el tomate frito es la conserva
más fácil para empezar, ya que es un medio ácido, y a Clostridium botulinum,
le gustan los medios con pH mayor a 4.5 .
Para hacer la salsa de tomate, por supuesto hay que limpiar bien todos los
ingredientes. Nosotros usamos tomate,
cebolla, pimiento, ajo, aceite de oliva virgen extra, sal, azúcar y alguna
aromática como albahaca, orégano o laurel.
Mientras se va haciendo, ponemos a esterilizar los tarros y tapas que vamos
a usar. Para ello han de estar al menos 15 minutos en agua hirviendo. Los
tarros han de estar bien limpios, y tendremos que descartar cualquier tapa que
presente abolladuras u oxidación. Ante la duda lo ideal es usar tapas nuevas y
reutilizar el vidrio.
Una vez hecho el tomate, y según gustos, enterito, triturado, o pasado por
el chino, pasamos a rellenar los tarros. Es importante, manejar los tarros con
una pinza por dos razones, la primera es obvia...no quemarnos. La segunda, no
contaminar el tarro metiendo los dedos dentro.La zona de trabajo, ha de
estar limpia.
Rellenamos dejando como 1 cm libre, mas o menos hasta donde suele cambiar
el diámetro del bote para poner la tapa. Si al verter la salsa se ha manchado
el borde conviene limpiarlo con un papel de cocina. Ponemos la tapa. Una vez
rellenos los tarros y ya cerrados con su correspondiente tapadera, los volvemos
a meter en el agua y los dejamos cubiertos completamente en agua hirviendo
durante al menos 25 minutos. Pasado este tiempo, se sacan con cuidado, y se
ponen boca abajo hasta que terminen de enfriarse. Una vez fríos notaremos como
la tapa presenta un leve hundimiento, señal de que el proceso de vacío se ha producido
correctamente.
Haciendo esto, nuestra conserva se
mantendrá en perfecto estado al menos un año. Es importante rotular en cada
tarro la fecha, para consumir siempre los más antiguos. A la hora de
consumirlos, descartar cualquier tarro que presente abombamientos en la tapa,
cubiertas de moho o gases.